Están en todas partes, en el rincón menos pensado de la ciudad se las ve de pronto aletear coloridas & veloces y es que quien haya prestado atención a lo sutil, bien sabrá; Buenos Aires está lleno de Mariposas!

No, no ocupan las portadas de los grandes diarios del país como los escorpiones, alacranes o los mosquitos asesinos que cada cierto tiempo siembran el pánico en la población.
Las mariposas sólo traen consigo belleza y una sonrisa para quien caminando por la calle se deje sorprender y tenga la suerte de ver revolotear a su alrededor a estos lepidopteros salidos de "un otro lugar" tan opuesto al cotidiano de la ciudad.
¿Has tenido la suerte de encontrarte con alguna?
Están ahí, en parques, calles y avenidas y hasta en los rincones menos pensados como el subte.
Fueron incluso sorprendidas en una de las marchas de los docentes, volando serenas, regalando belleza a la lucha.
Quizás también para recordarnos, que desde ese capullo oscuro & gris que es la sociedad que nos rodea, somos llamados a convertirnos y emprender nuestro propio vuelo. Como anunciando una transformación en cada uno de nosotros.

Desde la antigüedad las mariposas han despertado el imaginario de la humanidad, para los griegos eran símbolo de la sexualidad femenina. La diosa Psyche era representada con alas de mariposa como una alegoría a la mente y el alma humana "aquello" que somos más allá del cuerpo y la muerte. Por eso también eran un símbolo de eternidad, de cambio constante.
Para los Mayas las mariposas eran las almas de los guerreros fallecidos en las batallas que regresaban en forma alada y colorida para disfrutar de una vida más dulce y ligera que la anterior.
En cualquier caso han sido siempre un símbolo de buenaventura para la humanidad
y ahí están hoy entre nosotros. Tal vez para que les prestemos la debida atención tal como lo hacían nuestros antepasados.
Las Mariposas están ahí, sólo tienes que mirarlas.